UCH analiza el impacto en salud pública de las termoeléctricas en Quintero-Puchuncaví
A tres años de las masivas intoxicaciones provocadas por el Parque Industrial Ventanas -cuyo saldo fue de 1.600 personas trasladadas con urgencia a los servicios de salud del sector- especialistas de la Universidad de Chile abordan los efectos de la contaminación de centrales a carbón en la salud de las personas y destacan la urgente necesidad de una transición energética sostenible.
La bahía de Quintero-Puchuncaví sigue en una crisis ecológica y social, que ha transformado al sector en la zona de sacrificio más vulnerada de Chile, y en uno de los mayores problemas para la Salud Pública del país. A la fecha, sus habitantes aún no cuentan con soluciones efectivas para erradicar la contaminación.
Entre el 17 y 27 de noviembre la organización territorial “Mujeres de Zona de Sacrificio Quintero – Puchuncaví en Resistencia” denunció 10 jornadas consecutivas de varamiento de carbón en los sectores costeros de la comuna de Puchuncaví, principalmente la playa de Ventanas. Según lo señalado por la Armada de Chile, al 25 de noviembre, se registran casi 90 varamientos de carbón durante el 2021.
“Si las autoridades pertinentes piensan que perderemos la ‘capacidad de asombro’, se equivocan rotundamente, seguiremos luchando por un mundo mejor, hasta obtener justicia ambiental” declararon desde la organización de mujeres.
Lo anterior se suma a la investigación en curso que la Superintendencia de Medio Ambiente (SMA) está realizando a la compañía eléctrica AES Andes (ex AES Gener) -encargada de las termoeléctricas Nueva Ventanas y Campiche- por infringir la potencia máxima autorizada entre los años 2017 y 2020. Estos antecedentes fueron presentados por la Fundación Terram, con datos obtenidos del informe del Coordinador Eléctrico Nacional (CEN).
Pese a que la evidencia científica ha indicado que los combustibles fósiles son uno de los grandes responsables del calentamiento global, la mayor defensa por parte de las autoridades y el mundo empresarial apunta a la inestabilidad energética que puede producir el cierre de las termoeléctricas a carbón. La industria térmica produce casi el 52% de la energía del país, y solo AES Ander generó 2.134 MW en el 2020.
La geotermia y sus beneficios
Para Diego Morata, director del Centro de Excelencia en Geotermia de los Andes (CEGA) y miembro del Programa Transdisciplinario de Medio Ambiente, organismo encargado de contribuir a la elaboración y evaluación de políticas públicas, y coordinado por la Unidad de Redes Transdisciplinarias de la Vicerrectoría de Investigación y Desarrollo de la UCH, existen mejor opciones para la transición energética del país. “La única fuente de energía que tiene la misma calidad energética del carbón es la geotermia, sin embargo, no está en los planes y eso nos podría generar un problema como país”, destacó.
Uno de los puntos destacados por el especialista alude a los beneficios de la geotermia, tanto para el medio ambiente como para la salud. “Las plantas de geotermia no emiten CO2 ni material tóxico que afecte a la salud de las personas. Si uno ve el caso del Cerro Pabellón, se da cuenta que está a 4.500 metros de altura donde no existen ciudades, sino que comunidades pequeñas lo que es una ventaja”, subrayó.
La contaminación que producen las termoeléctricas a carbón afecta al mar, el aire y la tierra, afectando de manera directa la salud de las personas. Según señaló Karla Yohannessen, Jefa del Programa de Salud Ambiental y colaboradora PROMA, los y las habitantes del sector Quintero-Puchuncaví se encuentran expuestos a una gran cantidad de contaminantes a escala local y global. Los más destacados son el material particulado (MP), dióxido de nitrógeno (NO2) y dióxido de azufre (SO2), dióxido de carbono (CO2) y metales pesados como el mercurio (Hg), elementos que según la OMS son agentes dañinos para la salud.
Energía que cuesta vidas
Según el Mapa de Conflictos Socioambientales en Chile elaborado por el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) actualmente existen 129 conflictos en el país, de los cuales 21 son en la Región de Valparaíso. El 24% de los conflictos están asociados a la producción de energía y según el organismo, los derechos más transgredidos son los relacionados a un medio ambiente libre de contaminación, a la prevención y al tratamiento de enfermedades y a la reducción de la mortalidad y el sano desarrollo de los niños y niñas.
Karla Yohannessen indica que los principales daños se relacionan con efectos agudos cardiovasculares y respiratorios de largo plazo, como cáncer de pulmón y otros tipos de cánceres, información levantada por el Comité de Salud Ambiental Infantil de la Sociedad Chilena de Pediatría. “Las poblaciones más vulnerables a los efectos de la contaminación de las centrales a carbón son las mujeres embarazadas, las niñas y niños, y los adultos mayores”, enfatizó.
Cristóbal Andrade, Convencional Constituyente por el Distrito 6, que incluye a las comunas de Quinteros y Puchuncaví, denuncia la falta de control en la zona que afecta no sólo a las personas, sino que al suelo y ecosistema. “Ha sido catastrófico que una niña te diga que debe encerrarse en la sala del colegio y no salir a recreo porque el aire está mal, o que debe ponerse paños mojados en la nariz para no sentir el aire contaminado”, denunció.
El director del CEGA cuestiona los avances en la materia. “Es muy difícil entender por qué no se desarrolla la geotermia, existe una postura mercantilista que alude a lo costoso del proceso. Sin embargo, no todo es dinero y la salud de las personas no se puede poner en la balanza económica”, reflexionó.
En la actualidad, en Chile se está ejecutando un Plan de Descarbonización de la Matriz Eléctrica que al 2040 concluirá con el cierre de las ocho termoeléctricas más antiguas del país, incluyendo Puchuncaví. En este contexto, Andrade indica que la problemática de las zonas de sacrificio son parte de la agenda de la Convención Constituyente. “Aún estamos en proceso de ver la norma constitucional, pero pronto se verá el tema y esperamos entregar tranquilidad a los y las habitantes de Quinteros y Puchuncaví”, finalizó.
Estefanía Cortés Escobedo. Periodista colaboradora PROMA.
Publicado originalmente en Noticias Uchile